EL DIOS QUE YO CONOZCO

5.09. Numerosos expositores fijan la fecha entre 1843-1847

Los expositores de la primera mitad del siglo XIX presentan un cuadro del todo diferente.

El interés se había desplazado de Daniel 7 a Daniel 8, y de los ya transcurridos 1.260 años del cap. 7 a la finalización de los 2.300 años que se aproximaba, considerada por muchos como una verdad profético que entonces debía hacerse resaltar. Por lo tanto, la inminente terminación de los 2.300 años y los sucesos que la acompañarían eran el punto focal de interés y estudio.

Existe el testimonio de 40 expositores europeos -que van de "J. A. B." (1810) a Birks (1843)- que esperaban el fin de los 2.300 años en 1843, 1844 ó 1847; la mayor parte de éstos hacía comenzar los 2.300 años al mismo tiempo con las 70 semanas de Daniel 9.

Una minoría excepcional de escritores, entre los cuales se destacan James H. Frere, comenzaron el período más largo un siglo antes, en el tiempo de Daniel, lo cual daba un total de 2.400 en lugar de 2.300. Citaban las ediciones de la LXX, entonces de actualidad, aunque otros señalaban que el número 2.400, erróneamente atribuido al Códice Vaticano, en realidad se había originado en un error de imprenta en el siglo XVI. En el Códice Vaticano se lee 2.300 [ver L. E. Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers (La fe profética de nuestros padres), t. 1, pp. 176-181].)

El énfasis que se dio en el siglo XIX a 1843, 1844 ó 1847, comenzó con dos opúsculos: el de "J. A. B.", de Inglaterra (a fines de 1810), y el de William C. Davis, de Norteamérica (enero de 1811), en los que se proclamaba la proximidad de la terminación de los solemnes 2.300 años en 1843 y 1847 respectivamente.

Las voces de estos precursores pronto se propagaron desde Gran Bretaña a la Europa continental, y aun al África y la India.

Sin embargo, hubo posiciones opuestas en cuanto a la naturaleza de los acontecimientos finales -si se trataba de la terminación de los siglos por un cataclismo o si era el comienzo gradual del milenio-, y también, en cuanto a la naturaleza del cuerno "que creció mucho", de Daniel 8, sobre si era romano o mahometano.

William Hales, siguiendo la orientación de Hans Wood, hacía comenzar los 2.300 años en 420 a. C. y los hacía terminar en 1880 d.C.

Por su parte, George Stanley Faber hacía terminar los 2.300 con los 1.260 años en 1866, y creía que el cuerno grande era el mahometismo.

Adán Clarke los ubicaba a partir de la visión del macho cabrío, o entre 334 A. C. y 1966 d. C,.

William Cuninghame (laico presbiteriano de Lainshaw), y Archibald Mason (ministro reformado presbiteriano) -ambos escoceses, fijaban 457 a. C. como el comienzo simultáneo de las 70 semanas y de los 2.300 años, y hacían terminar este último período en 1843.

Concordaba con ellos un grupo notable. Varios escritores apoyaban esta ubicación cronológica en diversos periódicos religiosos británicos, dedicados mayormente al estudio de la profecía.

Se ocuparon del tema grupos de estudio, como la Sociedad para la Investigación de las Profecías, y los que se reunieron en Albury Park.

Eruditos británicos y de la Europa continental, que representaban diferentes grupos religiosos, establecieron los años 1843, ó 1847 como el fin de los 2.300 días.

Sus diferencias eran pequeñas, pero notable su unidad en lo fundamental.