Durante el período colonial, y en los comienzos de la época de la independencia, los expositores de Daniel 8 -que hacían una interpretación idéntica a la de los expositores europeos posteriores a la Reforma- aún concentraban su interés en Daniel 7; pero varios de ellos se ocuparon de Daniel 8.
Thomas Parker, de Massachusetts, pastor calvinista, en 1645 poseía un claro concepto del carnero persa, el macho cabrío griego y el gran cuerno romano, y tenía en cuenta las guerras del papado contra el "culto verdadero". Como ciertos escritores europeos de sus días, pensaba que las 2.300 tardes y mañanas representaban "sólo la mitad de días completos, a saber 1.150", computados de acuerdo con el principio día por año. Sugería que ese lapso podría extenderse desde 367 d. C. hasta cerca de 1517, o desde 360 hasta 1510.
Samuel Hutchinson, laico erudito (1618-1667), creía que los 2.300 años no se habían terminado todavía.
El notable teólogo Cotton Mather (1663-1728) sostenía que los 2.300 años se extendían hasta la nueva Jerusalén, la caída de la Babilonia simbólica, y el "descanso que queda" al pueblo de Dios.
El estudioso gobernador de Massachusetts, William Burnet (1688-1729), creía que el papado es el poder que profana el santuario; y extendió los 2.300 años de 555 a. C. a 1745 d. C., y consideraba que el reino de Dios estaba a las puertas.
David Imrie afirmaba en su Letter (Carta) de 1756 que él esperaba que el "gran día" comenzaría en torno del año 1794, y hacía partir los 2.300 años en el primer año de Persia o sea 538 a. C.
El clérigo episcopal Richard Clarke, de Carolina del Sur, a fines del siglo XVIII, consideraba que los 2.300 años, cuando la verdad había de ser hollada y exaltada la religión falsa, comprendían de 538 a. C. a 1762 d. C: la "media noche" del mundo y la caída de Babilonia.
Samuel Gatchel, diácono congregacionalista de Massachusetts, creía que el oscurecimiento del sol, el 18 de mayo de 1780, era una señal de los tiempos relacionados con los 2.300 y los 1.335 años y la proximidad del fin del mundo.
El teólogo congregacionista Samuel Hopkins era, en 1793, un expositor del postmilenarismo. Sostenía que el cuerno "que creció mucho", salido de una de las divisiones griegas, abarcaba tanto a la Roma pagana como al poder del anticristo en la iglesia de Roma, y que el reino de Cristo prevalecería después de la destrucción de ese cuerno. Aunque no precisaba el año, creía que el reino milenario comenzaría cuando terminaran los 2.300 años, alrededor del año 2000 d. C.
Y el director general de correos Samuel Osgood (1748-1813) computaba así los 2.300 años: "Es sumamente probable que los 2.300 días comenzaron con el fin del imperio persa y el comienzo de Alejandro, y terminen cuando la imagen (de Daniel 2) sea quebrada y esparcida como tamo por el viento" (Remarks on the Book of Daniel [Observaciones acerca del libro de Daniel] p. 63).
James Winthrop (1752-1821), bibliotecario de la Universidad de Harvard, en 1795 hacía terminar los 1.335 y los 2.300 años con el milenio (en 1866).
