Daniel 2 ha sido catalogado a través de los siglos como el abecé de los grandes esquemas proféticos. Como es la primera profecía que se explica, se la ha considerado como la base de las cuatro profecías subsiguientes de Daniel.
Hacia el comienzo de la era cristiana, los judíos fueron sus primeros expositores. Creían que presentaba la secuencia de los cuatro imperios desde el tiempo de Daniel, seguidos por el reino mesiánico.
Basados en declaraciones del mismo profeta (2: 38-39; 5: 28; 8: 20-22), concluyeron correctamente que el primer imperio era Babilonia, Medo-Persia el segundo, y el tercero Grecia, o sea el imperio grecomacedónico de Alejandro y sus sucesores.
En los comienzos de la era cristiana, Flavio Josefo, notable historiador y sacerdote judío del siglo I, contemporáneo de los últimos apóstoles, reitera la reconocida interpretación judía de los cuatro imperios.
Para no ofender a Roma, que no toleraba rivales, fue muy cauto en cuanto a nombrar al reino de "hierro" que sería destruido y sustituido por el de "piedra" que llenaría el mundo. Vaciló aún más en identificar la piedra, o sea el reino mesiánico que pondría fin al Imperio Romano. Pero el judío Johanán ben Zakkai, también del siglo I d.C., explícitamente identificó a Roma -entonces en su máximo poderío- con el cuarto imperio de la profecía.
El Talmud, los tárgumes y la Midrash concordaban en que Roma era el cuarto imperio de la serie profético. La Midrash y el Talmud también incluían la fase eclesiástica posterior de Roma.
Después los rabinos Eliezer, Saadía, Jefet ibn Alí, Rashi, Abrahán ibn Ezra, Maimónides Gersónides (o Leví Ben Gersón), Abravanel, Josef ben David y, especialmente, Manasés ben Israel, situados en los siglos IX-XVII, concordaron con los escritores cristianos de esos siglos en identificar a los cuatro imperios de Daniel, y la piedra como el reino mesiánico venidero.
Varios, como Abrahán ibn Ezra, Jefet ibn Alí e Isaac Abravanel, pensaron que el hierro mezclado con barro podría ser el cristianismo y el mahometismo. Pero el reino de piedra no había llegado todavía, y es obvio que para ellos no era la iglesia cristiana, como sostenía la mayoría de los católicos.
El más explícito de todos fue Manasés ben Israel (murió en 1657), que estableció la primera imprenta judía y también sirvió como principal rabino en Amsterdam. Presentaba los cuatro imperios en la secuencia reconocida. Para él las dos piernas eran el romanismo y el mahometismo, los diez dedos de los pies, las divisiones de Roma, y "la quinta monarquía de Dios" completaba la serie.