EL DIOS QUE YO CONOZCO

5.11. La exposición millerita de Daniel 8

El principal mensaje de los milleritas era que la segunda venida de Cristo acontecería al fin de los 2.300 días.

De hecho, las diferencias más vitales entre los expositores milleritas y otros del mismo período no dependían principalmente de los cálculos en cuanto a los lapsos proféticos, sino de los sucesos que ocurrirían a su terminación.

Los milleritas esperaban que el mundo terminara con un cataclismo, provocado por el regreso personal de Cristo, con el consiguiente fin del tiempo de gracia dado a los hombres, la resurrección de los justos y la muerte de los impíos.

Entre los milleritas no había ninguna diferencia en cuanto a interpretar que Roma era el cuerno "que crecía mucho", en el macho cabrío griego; de ahí que esperaran algo más que la purificación de Palestina, Jerusalén o el templo, de la maldición de la profanación musulmana.

Y como todos eran premilenaristas, ninguno anticipaba un milenio de mejoramiento gradual del mundo, con paz y justicia universales logradas por los hombres. A diferencia de los futuristas, no veían en el cuerno "que creció mucho" un anticristo individual futuro, y combatían vigorosamente la identificación de este cuerno con Antíoco.¹

Un segundo motivo de separación era que los milleritas no aceptaban la doctrina de la restauración del Israel literal como pueblo de Dios. Creían que el verdadero Israel se compone de los seguidores de Cristo, que se han convertido en herederos de las promesas hechas a Abrahán y al Israel de antaño (Gálatas 3: 29).

Pero los no milleritas, premilenaristas, tanto en Europa como en Norteamérica, que esperaban la plena restauración literal de los judíos, relacionaban la purificación del santuario con la recuperación de Palestina y Jerusalén del poder de los musulmanes, en quienes veían el cuerno "que creció mucho" de Daniel 8.

Los adventistas del séptimo día continuaron haciendo resaltar estos puntos de divergencia y ponían énfasis en los principales elementos proféticos que habían sido prácticamente enseñados por todos a través de los siglos, a lo que añadían la interpretación de que la purificación del santuario celestial debía comenzar, y no terminar, al fin de los 2.300 días.
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¹ La interpretación de Antíoco como el cuerno de Daniel 8 -interpretación popular en el siglo XX- no es lo mismo que la "teoría de Porfirio". Esta última teoría (sostenida mucho tiempo por casi todos los expositores críticos y algunos otros) se basa en la interpretación que sostiene que el reino griego es la cuarta bestia, y hace de Antíoco el cuerno pequeño del cap. 7. Sin embargo, muchos que han rechazado a Antíoco en el cap. 7, lo han visto en el cap. 8, ya sea como el cuerno "que creció mucho' o como el símbolo de un cumplimiento posterior en el anticristo. Ninguna de estas interpretaciones acerca de Antíoco es necesariamente apoyada por los que lo ubican entre los numerosos contendores: ptolomeos, seléucidas, romanos, etc. del cap. 11.