EL DIOS QUE YO CONOZCO

4.06. Conflictos de la Contrarreforma y del tiempo posterior a la reforma

Luego después la Contrarreforma formuló interpretaciones antagónicas, ideadas por los jesuitas Francisco Ribera(m. 1591) y Luis de Alcázar (m. 1613), los cuales procuraron restringir el anticristo a un solo individuo en vez de un sistema, individuo que dominaría durante 1.260 días literales en vez de 1.260 años.

Para Ribera el anticristo era un futuro judío incrédulo, no un cristiano, que reinaría en Jerusalén y no en Roma. Ribera originó el primer contraataque católico que se convirtió en la posición católica típica. Pero entre tanto que Ribera proyectaba el anticristo en el futuro, Alcázar lo alejaba hacia el pasado, convirtiéndolo en un antiguo emperador romano pagano.

Ribera fue vigorosamente apoyado en su esfuerzo por el cardenal Roberto Belarmino (m. 1621), quien atacó el principio del "día por año", y redujo el cuerno pequeño de Daniel sólo al rey sirio Antíoco Epífanes, teoría sustentada más de mil años antes por el crítico pagano Porfirio.

En los tiempos posteriores a la Reforma, entre 1603 y 1797, aparecieron numerosos expositores en Gran Bretaña, Alemania, Francia y Suiza. La interpretación de Daniel 7, de acuerdo con la escuela histórica -los cuatro imperios, las diez divisiones de Roma, el papado simbolizado por el cuerno pequeño, y la ubicación cada vez más exacta de los 1.260 años- fue predominante. Y esos exégetas incluían a algunos de los varones más ilustres de su tiempo: obispos, reyes, catedráticos universitarios, científicos y teólogos. Para la mayoría de ellos, sin ninguna duda, el papado era el cuerno pequeño.

Es digna de tenerse en cuenta la notable anticipación de Drue Cressener, hecha en 1689. Según él, los 1.260 años terminarían aproximadamente un siglo después, o "poco antes de 1800". Fue el primero que claramente hizo arrancar los 1.260 años desde Justiniano, y esto precisamente en 1689, cien años antes de que estallara la Revolución Francesa en 1789. Esta fue su anticipación: "La primera aparición de la bestia fue cuando Justiniano recuperó el Imperio de Occidente, desde cuyo tiempo hasta cerca del año 1800 habrá unos 1.260 años" (The Judgmentsof God Upon the Roman Catholic Church [Los juicios de Dios sobre la Iglesia Católica], p. 209).

Aun más exacta es una expresión suplementaria que aparece unas pocas páginas después: "Pues si el primer tiempo de la bestia fue cuando Justiniano recuperó la ciudad de Roma, entonces no debe terminar hasta un poco antes del año 1800".