Cuando alboreó la Reforma del siglo XVI, el dinámico Martín Lutero, después de presentar la reconocida secuencia de los cuatro imperios -Babilonia, Persia, Grecia, Roma -, afirmaba: "Todo el mundo concuerda en esto". También declaraba que la piedra es el reino venidero de Dios.
En esta interpretación recibió el apoyo de Melanchton, de Virgilio Solis, Selnecker y Ecolampadio. En Suiza, Tobías Stimmer, y en Gran Bretaña, George Joye, Hugh Latimer, Thomas Becon y Thomas Brightman - todos del siglo XVI -, siguieron la misma interpretación como la creencia común de los reformadores.